sábado, mayo 21, 2011

La maestría de la vida

Recuerdo los días grises. Los recuerdo como lecciones que la vida cual paciente maestro me ha impartido.
Recordarlos es bueno porque solo los días sombríos me hacen disfrutar lo hermoso de los días soleados.
Saber que estuve allí, esclavo, oprimido, anulado, olvidado, me permitió descubrir que tan solo fueron los escalones que ella me dispuso recorrer.
Las fuerzas aún reflejan el aliento que no se ha desvanecido y los gritos en mi interior parecieran haber sido escuchados.
Y en medio del torbellino la vida plasmo su maestría. Cada mañana, en medio del rocío y el delicado rayar del sol, respiro cómo SU misericordia se hace nueva.

lunes, mayo 02, 2011

No cambiaría a mis amigos

A mi amigo el político, el profeta, el empresario jamás lo olvidaré porque compartió su pan de vida conmigo.
A mi amigo el pastor, le debo innumerables horas de paciencia y de fé en mi.
A la familia de mi amigo el músico les agradezco haberme dado las horas más agradables del mundo y haberme reído como nunca.
A mi amigo del segundo, le debo años de amistad sincera y fraternal.
A ese amigo de siempre, le debo el poder hablar siempre de cualquier cosa.  Sin reservas, sin temores, sin condenación, sin tapujos, sin engaños.
A mi amiga con alas le bendigo por enseñarme que el mundo es maravilloso.
Al amigo que me vio nacer le debo todo.  Ese amigo me enseñó que era bueno hablar Inglés.
A mis amigas de las dietas, les agradezco el respeto, la admiración y la honra en el momento que tanto lo necesité.
A mi amiga de los USA le debo su amor incondicional y recordarme el amor de la mujer que tanto amé en mi infancia.
A mi amigo el maestro lo bendigo porque me enseño a hacer de mis hijos, hombres de bien.
Y a mi amiga de estos 18 años le debo todo porque ella es la expresión más sublime del amor de Dios en mi vida.   A su lado he vivido los mejores años de mi vida.
A mis tres pequeños amigos, los amo con todo mi corazón.  Han iluminado mi vida y han hecho que valiera la pena.
A mi amigo el escritor le agradezco cada línea, cada letra, cada tilde, cada segundo, cada pensamiento.  Porque en cada una de sus frases encontré el sentido de mi vida.
Y tengo un amigo más.  Ese que me rescató.  Al que a veces olvido.  Al que a veces he avergonzado.  A quién lo ha dado todo.  A ese amigo le bendigo con todo mi ser.

No cambiaría a mis amigos.  Porque a través de ellos mi vida ha valido la pena.